sábado, 10 de noviembre de 2012

Pasé por La Central (27)

 Bodegón con cebolla. El Masnou, 2012

Un trocito de silencio
 
Nunca hubiera podido imaginar 
que una ausencia ocupara tanto espacio, 
mucho más que cualquier presencia. 
Y fui consciente de mi gran soledad, 
y fui los que ya no son. 
Inútilmente fui -en aquella vigilia- 
toda esa perdida gente, 
y el vacío lo inundó todo, 
y los recuerdos deslumbrantes 
como añicos de una copa rota, 
tomaron reflejos, tan crueles, 
como la luz de mediodía, que duele. 
Y supe que un corazón -el mío- 
puede detenerse sin abandonar la vida. 
Viviendo, me senté en un rincón 
esperando un trocito de silencio donde reposar.

2 comentarios:

Maria dijo...

Las ausencias non vacian de vida.
Saludos.

Gloria Reyna dijo...

A veces la ausencia ocupa más que la vida misma.
Precioso poema.