Jacintos. Teià, 2011 |
¿Nada vivo?
Nunca quisiste nada vivo
a tu alrededor. Eso dijiste.
No querías perro, ni gato,
ni siquiera plantas o flores
para que te hicieran compañía.
ni siquiera plantas o flores
para que te hicieran compañía.
Querías estar sola, sin más nada.
Por eso me sorprendió un poco
Por eso me sorprendió un poco
ver una araña que colgaba
del techo del comedor, sobre la mesa;
y una hilera de hormigas desfilando
por el poyete de la ventana,
sin que las mataras.
7 comentarios:
bueno hombre, no le des letra, a ver si comienza un exterminio...jeje
raro, pero elocuente, pues hay gente así
saludos
Un mini relato sobre la incoherencia humanas.
Besos
Será que se crean lazos entre los vivos, será que a lo vivo se le coge cariño y que se sufre cuando se pierde y será que las arañas y las hormigas no crean lazos verdaderos con nosotros.
A mí no me parece incoherente, me parece lógico
( Habla mi Kayla más racional).
Un abrazo agradecido.
Prevalencias de lo diminuto: geometría precisa de la araña en su labor, belleza afanosa de la hilera de hormigas mínimas.
Me gustó el poema por la fuerza interna que le sacude, esa tensión no declarada, el misterio vivo que encierra, la violencia soterrada que sólo asoma, con ese terrible mataras final.
Mi humilde felicitación, Antonio.
Saludos blogueros
a mi también me sorprendio el final.
Antonio: Sencillamente interesante. Para meditar.
Felicidades.
Abrazos.
tal vez porque nos identificamos mejor con las cosas diminutas!
amigo un fuerte abrazo !
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