miércoles, 10 de agosto de 2011

Otros poemas (30)

Jacintos. Teià, 2011


¿Nada vivo?

Nunca quisiste nada vivo
a tu alrededor. Eso dijiste.
No querías perro, ni gato,
ni siquiera plantas o flores
para que te hicieran compañía.
Querías estar sola, sin más nada.

Por eso me sorprendió un poco
ver una araña que colgaba
del techo del comedor, sobre la mesa;
y una hilera de hormigas desfilando
por el poyete de la ventana,
sin que las mataras.

7 comentarios:

omar enletrasarte dijo...

bueno hombre, no le des letra, a ver si comienza un exterminio...jeje
raro, pero elocuente, pues hay gente así
saludos

Gloria Reyna dijo...

Un mini relato sobre la incoherencia humanas.
Besos

Dafne Caligari dijo...

Será que se crean lazos entre los vivos, será que a lo vivo se le coge cariño y que se sufre cuando se pierde y será que las arañas y las hormigas no crean lazos verdaderos con nosotros.
A mí no me parece incoherente, me parece lógico
( Habla mi Kayla más racional).
Un abrazo agradecido.

José Antonio del Pozo dijo...

Prevalencias de lo diminuto: geometría precisa de la araña en su labor, belleza afanosa de la hilera de hormigas mínimas.
Me gustó el poema por la fuerza interna que le sacude, esa tensión no declarada, el misterio vivo que encierra, la violencia soterrada que sólo asoma, con ese terrible mataras final.
Mi humilde felicitación, Antonio.
Saludos blogueros

David Cotos dijo...

a mi también me sorprendio el final.

Chogüi dijo...

Antonio: Sencillamente interesante. Para meditar.
Felicidades.

Abrazos.

Yelen dijo...

tal vez porque nos identificamos mejor con las cosas diminutas!

amigo un fuerte abrazo !