Bodegón con lámpara. El Masnou, 2011.
Miedo inexplicable
Confirmado, tengo pánico inexplicable
a decir que no.
No sé estar en el no.
No sé ser no.
Tengo miedo bíblico a negar tres veces.
No es miedo, es un pánico enigmático.
Claro que todos los pánicos son enigmáticos.
Son miedos inexplicables. Confirmado.
4 comentarios:
podría ser alarde, pero quien en estos tiempos de "fin" podría serlo.
Dicho cristianamente (qué pecado!) esto es digno de examinar pragmáticamente!
Como siempre escrito hermosamente.
saludos Marset
en ciertas circunstancias decir la palabra no,cuesta muchísimo y nos llega la duda de si estaremos diciendo lo correcto...
como siempre dejando esas hermosas palabras sin vendas
saludos amigo
Me he quedado absolutamente enamorada de tu manera de escribir. Te sigo desde hoy, aquí y en tus otros sitios.
Te invito a conocer los míos. Será un placer verte por allí.
Un abrazo desde Buenos Aires ;)
En un momento de la vida, para unos antes y para otros después, hay que aprender a decir que no. Pienso que es un síntoma de madurez. Hay ocasiones en que es preciso negarse a cosas que, en principio, no parecerían inconvenientes. Solemos acabar esclavos de nuestra imposibilidad de negarnos.
Muy interesante.
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