domingo, 8 de agosto de 2010

Aún sin título (31)

Vestíbulo del MNAC, Barcelona 2009

Otra escena inquietante
(El adiós)

En los últimos años
había tejido una red de sueños
donde descansar sin hacerse daño.
Le hablé y me escuchó sentada,
con las manos sobre el regazo,
la derecha cobijando a la izquierda.
Y me atendió mientras mis ojos
buscaban en su cuello ese pulso,
apenas perceptible, que da la vida.
Me escuchó para, finalmente,
dar la espalda y marcharse.
Por el camino, con desgana,
levantó la mano derecha
y acarició, al paso,
el ramito de violetas
que adornaba el pasillo.
Sin un adiós dicho, se fue.

2 comentarios:

Reflexiones de Emibel dijo...

Tu despedida.....hermosa, sensible.
Un abrazo.

Raúl Peñaloza de Moure dijo...

Maravillosa foto, proyecta nitidez. Ojalá nuestras vidas fuesen así.