domingo, 12 de septiembre de 2010

Aún sin título (41)

Hotel detrás de la Torre Agbar. Barcelona 2009

Otra escena inquietante
(Recuerdo de infancia)

Sumergido en la bañera,
observo minuciosamente
cada parte de mi cuerpo.
Empiezo por los dedos de los pies
y voy subiendo lentamente.
Repaso con detenimiento,
y de una vez,
todo el cuerpo desnudo.
El tiempo pasa y modifico el modelo,
el recuerdo que tenía
desde la última observación detallada.
Mis manos ya no son aquellas manos,
ni mis brazos son los mismos,
mis piernas son más delgadas y fibrosas,
y en la derecha, en su cara interna,
he descubierto una manchita blanca
y suave, con relieve: una cicatriz.
Vuelve el recuerdo; él me agredió
y me dejó esa cicatriz. Lo había olvidado.
Ahora se ha hecho presente.
Sumergido en la bañera
lo he recordado, me hizo daño.
Está perdonado. Amén.

2 comentarios:

emilio dijo...

Los años nos dejan huellas, buenas y malas...
Un recuerdo que casí debió ser una pesadilla pero muy bien poetizado.

Un abrazo amigo.

Alma Mateos Taborda dijo...

Maravilloso poema con un final sublime, el perdón a pesar de que esa cocatriz señala un doloroso recuerdo, que tal vez nunca deje de doler. ¡Felicitaciones! Un abrazo.