Palau Robert, Barcelona, 2009
Un hombre tranquilo
Nunca he pensado mucho,
ni en mí mismo,
me he movido con rapidez
por el límite de las cosas
hasta donde puedo recordar,
fijando mi curiosidad
en esos límites
sólo con el fin de observarlos,
valorando uno
y pasando al siguiente,
y siempre me ha satisfecho
el mundo tal cual era,
sin pedir más a las cosas
que su presencia allí.
No está bien ser un hombre tranquilo.
Estaba equivocado, he de cambiar.
No sé si será tarde.
El compromiso es con la vida.
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