Un sillón en rocahumbert. Granollers, 2011 |
Solo en compañía
Me encanta sentirme solo
en el centro del mundo,
rodeado de alma y carne, donde,
además, me noto mucho más solo,
y más satisfecho, en compañía.
En la soledad, y en el recuerdo
todo es igual, y todo es menos, no es más,
y nada sobra de este instante. Único.
5 comentarios:
Cuando la soledad es elegida, es una delicia.
Un abrazo.
La soledad en compañía inmejorable, muchas gracias por tu comentario a mi relatillo, besitos
Tan sencillo como necesario y oportuno.
Yo solo frente al mundo.
Saludos.
Sí, hay dos soledades, la que nos da un momento reflexivo y de paz,
pero está aquella que del brazo de la nostalgia, duele
saludos
Lindo, reflexivo.
Besos.
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