Naranjo en enero. |
Amo a mi país.
De norte a sur y de este a oeste, sin
exclusiones.
Con su Historia, su presente y su futuro.
Con su territorio y con sus habitantes,
sean o no.
Con sus raíces, con sus lenguas, tan
propias todas.
Con sus montes, ríos, llanos y mares y con
su cielo, de mi país y de todos los países que son en la Tierra.
Con su cultura, tan diferente y tan única,
con sus signos y símbolos, tan de todos, tan de nadie, lástima.
Con sus normas de entendimiento, para que
todos sepamos como es la forma de respetarnos entre todos, los que lo ven de
una forma y los que lo ven de otra, pero hay que verlo y aprenderlo.
Con los que opinan que no son y los que
opinamos que sí.
Todas estas ideas y otras que por mi corto
entender seguro que me dejo en el tintero, hacen que con todo ame a mi país.
Creo que no es difícil de entender, porque
somos muchos los que amamos a mí país. Unos de dentro y otros de fuera. Unos
con racionalidad y otros con la emoción en el alma.
Por todo ello, soy capaz de entender que
una persona ame a su país. Y por ello la respeto. Del mismo modo, exijo que me
respeten por amar a mí país, España.
2 comentarios:
Muy entendible. Ciertamente, yo también amo a tu país y espero, conocerlo algún día en persona. Hermoso texto. Un abrazo y espero que estés muy bien.
Gracias, creo que mi país es como el país de cada uno: propio, único, madre y padre a la vez. Seguro, que será, como mínimo, como el tuyo.
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