Recuerdos de verano. El Masnou, 2012. |
He visto pasar tantas ilusiones
por tu mirada, tantas esperanzas.
Las comunicabas con el gesto
más que con la palabra;
y yo sin ir a tu encuentro,
sin tropezar con tus ojos.
por tu mirada, tantas esperanzas.
Las comunicabas con el gesto
más que con la palabra;
y yo sin ir a tu encuentro,
sin tropezar con tus ojos.
No sé si te he dado lo necesario,
todo lo que esperabas.
Pedías, sin saber que pedías.
Y yo quizás no te di, egoísta.
Ahora pides, sin saber qué necesitas,
y no sé si te doy lo que esperas.
Siempre es tarde cuando ha pasado.
Siempre es tarde cuando ha pasado.
Ya no te podré dar el “mini moke”,
¿Tampoco te doy, ahora, lo que necesitas?
te pregunto en muda interrogación.
Lo intento, conscientemente lo intento.
Quisiera darte sueños, sobre todo sueños.
Y amor. Sencillamente, amor.
recuerdas, que iluminó tu mirada
en Zahara de los Atunes,
tampoco el equilibrio
que la adolescencia urge,
tampoco aquel vestido,
ni aquella camiseta en forma de sueño,
ni aquel tiempo mío,
tan necesario para ti, ahora para mí.
en Zahara de los Atunes,
tampoco el equilibrio
que la adolescencia urge,
tampoco aquel vestido,
ni aquella camiseta en forma de sueño,
ni aquel tiempo mío,
tan necesario para ti, ahora para mí.
¿Tampoco te doy, ahora, lo que necesitas?
te pregunto en muda interrogación.
Lo intento, conscientemente lo intento.
Quisiera darte sueños, sobre todo sueños.
Y amor. Sencillamente, amor.
No sé si te he dado utopía,
ilusión por ti, por mí, por todos.
No sé, yo no lo sé. Solo tú lo sabes.
Quizás, algún día, me lo quieras decir
con una mirada limpia, sin rencor,
descansada, escrita en el infinito.
ilusión por ti, por mí, por todos.
No sé, yo no lo sé. Solo tú lo sabes.
Quizás, algún día, me lo quieras decir
con una mirada limpia, sin rencor,
descansada, escrita en el infinito.
He visto pasar tantas esperanzas,
tantas necesidades, tantas quimeras,
por tu vida, mi vida, por tu mirada.
No te apenes si no recuerdas mis deserciones.
Mejor. Quisiera que no te asalten
como hoy me abordan a mí estos reproches
que danzan entre las aguas
del claroscuro de la memoria.
No te apenes si al recordar no me perdonas.
Solo piensa que siempre estaré a tu lado.
tantas necesidades, tantas quimeras,
por tu vida, mi vida, por tu mirada.
No te apenes si no recuerdas mis deserciones.
Mejor. Quisiera que no te asalten
como hoy me abordan a mí estos reproches
que danzan entre las aguas
del claroscuro de la memoria.
No te apenes si al recordar no me perdonas.
Solo piensa que siempre estaré a tu lado.
2 comentarios:
Que puedo decir... Siempre es grato poder leer lo que usted escribe.
Tiene un sabor a nostalgia este escrito que me encanta!
¡Hermoso! Saludos para usted :)
el final apoteósico era la merecida recompensa para este gran poema
un gran saludo
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