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Este año el tiempo no me avisó,
el reloj interno sí, y ahora
no paran de acudir a mi memoria
detalles absurdos, como que,
pocos días antes de su muerte,
me había cogido del brazo
y jugando simuló una pelea.
Por alguna razón, es uno de los recuerdos
más reales que tengo de él.
- Que tengo de ti.
más reales que tengo de él.
- Que tengo de ti.